miércoles, 23 de abril de 2008

Una visión holística y no-violenta para la Educación Física.(2008)

Hacia una ampliación de paradigmas en Educación Física.


Patricio Varas Santander (2008)


I. La posibilidad de una visión holística de la Educación Física.


En 1926 el ciudadano Jan Christian Smuts que se destacaría posteriormente en la vida política de su país, Sudáfrica, publicó “Holismo y Evolución” (1). Allí, basándo-se en el término griego “holos”, todo, totalidad, expuso que la comprensión de la reali-dad ocurría más bien a partir de la observación de la totalidad; totalidad que evolucio-naba y en su proceso era dinámica e interactiva.

En 1934, un profesor alemán, Kurt Goldstein, siguiendo las expresiones de Smuts, publicó. “El organismo. Una aproximación holística de la biología” (2). Allí recalcaba que la comprensión de un organismo ocurre cuando se observan sus interac-ciones dentro de un proceso global, armónico e integrado.

Hoy día es un hecho conocido en las ciencias físicas y humanas que la compren-sión de las cosas ocurre cuando se comprenden las interacciones de las cosas. Sin em-bargo, una interacción evidente sigue sin ser desentrañada: La de la interfaz cuerpo-mente; ¿cómo, donde y cuándo ocurre que mi pensamiento se convierte en acción o mi acción en idea?

Fue hace muchos siglos que la comprensión de las cosas se nos hizo difícil. Fue cuando se nos ocurrió que si bien el ser era inseparado, el conocimiento de él podía ser por separado, que sumando las partes entenderíamos el todo, que analizar era compren-der. Sabemos que en el año de 1274 murió el llamado Doctor Angélico, don Santo To-más de Aquino (3). Desconocemos el año de su nacimiento; probablemente alrededor de 1227. La leyenda señala que a pesar de lo corpulento y grande que fue se le vio, en tres oportunidades, flotar en el aire, levitando. En una época donde el conocimiento era, en esencia, producto de la creencia religiosa, este santo hombre, hijo de don Landolfo, conde de Aquino y doña Teodora, condesa de Teano, dejó una impronta en la ciencia que aún perdura: la razón y su uso. Si a eso agregamos que la valoración del cuerpo era mínima (para la Iglesia y su influencia), dada su cercanía con el pecado, una dicotomía espeluznante surgió (y no por culpa de Aquino): El hombre estaba constituido por dos principios, uno, su alma, otro, su cuerpo, uno, su mente, otro, su cuerpo. Así fue como entre el 1300 y el 1960 se asentó en las ciencias humanas (al menos en Occidente) una concepción dualista, donde mente y cuerpo pasaron a ser entidades separadas (4).

Las ideas de Smuts y Goldstein sólo vinieron a prosperar, y sólo en algunas par-tes del planeta, después de los años cincuenta. Fue a principios de los 60’ que tanto los educadores y psicólogos como filósofos y artistas decidieron que lo humano era lo humano y no sus analíticas partes; y que el mejoramiento de la vida human, diremos su terapia y educación, requería de una comprensión holística y humanística del ser huma-no (5). Lo holístico, humanístico y organísmico reverdeció. A falta de un constructo mejor se creo el de “cuerpomente”. La psicología y las psicoterapias asumieron que lo corporal era parte de ellas, que lo espiritual era parte de ellas, que lo emocional era parte de ellas, que no solamente el lenguaje verbal y la conversación las definían y describían.

¿Y qué fue de la Educación? En esencia siguió marcando el tranco y no salió de su esquema. ¿Qué fue de la Educación Física? (nombre que, de suyo ya, es digno de revisión). Pues, poco. Siguió “pensando” que el pensamiento y las emociones y los sen-timientos y la meditación y la conciencia de sí eran cosas de otros. Que el movimiento corporal y el esfuerzo físico constituían su contenido. ¿Cambiaron, en el mundo y en Chile las mallas curriculares de las Escuelas de Educación Física entre 1960 y 2008 de manera especial hacia una concepción holística del ser humano? Definitivamente, poco. Hoy leemos en Internet (6) que la mejor planificación de las clases de Educación Física considera objetivos encaminados a:

La adquisición de conductas motrices nuevas.
La modificación de conductas motrices anteriores.
La mejora de la condición física.
La vivencia de métodos correctos de práctica física.
La recreación y el disfrute personal.
La asimilación de conceptos relacionados con la Educación Física.
La adquisición de hábitos, actitudes y valores positivos hacia el entorno y las personas.

La psicoterapia ha avanzado en el conocimiento, por demás antiquísimo, del im-pacto de la respiración en el ámbito corporal, emocional y meditativo. ¿Existe en alguna parte de las escuelas formadoras una cátedra de Respiración? De la misma manera hoy sabemos que la autoestima viene del concepto de sí mismo, que viene de la imagen de sí mismo, que viene de la conciencia corporal Las técnicas de “consciencia sensorial” y “consciencia corporal” y su aporte al cambio terapéutico y humano son ya añejas. Sus precursores, Charlotte Server (7), Gerda Alexander (8), Moshe Feldenkrais (9) entre otros, ¿son estudiados y conocidos por los estudiantes de Educación Física? ¿Sus técni-cas y ejercicios son practicados? ¿Se conoce el beneficio que reportan para el ser huma-no, sea niño o adulto, sea para su educación o para su terapia?

En la India, en China, en Japón los guías espirituales desarrollan y propende al desarrollo armónico de mente, cuerpo y emociones. Sus prácticas devocionales y medi-tativas ocurren, primero que nada, en sus cuerpos. Estos maestros son, a la vez y sin separación alguna, profesores de filosofía, psicología y educación física. Y lo han sido por siglos, ya que por allí no pasó don Santo Tomás de Aquino ni su impronta raciona-lista. Para ellos, obviamente la conducta y las conductas existen, pero siempre están subsumidas a la conciencia. Probablemente a un profesor de Educación Física le resulte extrañísimo dar una clase de “educación física de la conciencia”. Y sin embargo es ver-dad. A través del cuerpo y con el cuerpo la conciencia psicológica puede ser desarrolla-da.

En los años 80’ un americano de origen judío construyó un método de educación y terapia que llamó: “Focusing Corporal” (10). Discípulo de Carl Rogers (11) y de su método de “focusing afectivo”, dio un paso tremendo hacia la comprensión de la inter-faz cuerpomente. Su clave, la focalización en nuestras propias sensaciones corporales para conocernos, mejorarnos y desarrollar nuestras potencialidades. Gendlin era, en esos años, profesor de filosofía en la Universidad de Chicago. Aún cuando no se considerase el método en su sentido principal, su aporte, por ejemplo al mejoramiento de la práctica deportiva es innegable. ¿Las Escuelas formadoras se han abierto a la indagación de mé-todos y técnicas que van más allá de lo meramente deportivo y propio de la práctica física? ¿O existe una creencia inconsciente de que hay ámbitos de lo humano que son propiedad de otros profesionales?

Entre los años 60’ y 80 la profesora Gladys Jiménez (de la Universidad Católica de Valparaíso) indagó persistentemente y de manera intuitiva en lo que llegó a denomi-nar “gimnasia expresiva”, buscando unir el mundo afectivo y valórico del ser humano con su movimiento y expresión corporal. Recordemos que el término emoción, viene del latín, e ( hacia fuera) y movere (mover). ¿Qué fue de ese intento? ¿Prosperó?

La leyenda cuenta que Pitágoras, en su intento de compartir sus conocimientos geométricos y astronómicos con los sabios egipcios, debió por meses asistir a prácticas de aprendizaje de una correcta respiración. En efecto, tales sabios consideraban inofi-cioso compartir sus avanzados y profundos conocimientos con alguien que no sabía respirar, y por una razón simple: ¡No entendería nada! Gurdjieff (12) enseñaba a princi-pios del 1900 la comprensión del universo y de la creación a través de… una danza. Los garúes de la India crearon el juego del Lilah (13) para que niños y adultos comprendie-ran el proceso de desarrollo de la Conciencia Absoluta. En la meditación Zazen (14) del budismo zen el estado meditativo sólo es alcanzable si la espalda y columna mantienen una determinada posición.

En fin… por los años 60 había en la Escuela de Educación Física de la UCV un alumno, Mauricio Barahona, que practicaba el Yoga y que soñaba con hacer una inte-gración entre Educación Física y Yoga. Profesores y alumnos lo miraban y se sonreían. Les parecía que estaba medio loco. Además, era un poco gordo y sin habilidad para sal-tar el cajón. Todos reconocían que tenía buen humor y que nunca se enojaba.

Recuerdo haber escuchado por los años 60’, cuando todos hablábamos de la ne-cesaria formación integral del alumnos, a profesores del Instituto de Matemáticas decir muy seriamente que los alumnos en clase de matemáticas se formaban “integralmente” porque escribían los ejercicios en la pizarra, a lo cual los profesores de la Escuela de Educación Física replicaban, muy en serio, que sus alumnos de básquetbol o fútbol se formaban integralmente porque aprendían los reglamentos del fútbol o el básquetbol. La verdad, me parece, es que todos cual más, cual menos, nos sentíamos presionados a dar una formación integral y no sabíamos muy bien cómo hacerlo.

40 años después, en buena medida sabría cómo hacerlo, dados los cambios para-digmáticos, metodológicos y técnicos que surgieron a partir de California por esa misma época, pero en buena medida no lo estamos haciendo. Por ejemplo modelos curriculares como el de Educación Confluente (15) o de Aprendizaje Experiencial (16) existen pero no se aplican, al menos en Chile. En Ecuador, el Instituto Superior de Desarrollo Humano, Cre-Ser(17) creado hace tres años, aplica en toda su carrera y malla curricular ( que va desde la cátedra de Biología hasta la de Desarrollo Transpersonal, pasando por las de Epistemología, Fenomenología, Antropología y Desarrollo Corporal) el modelo de Educación Confluente. Los resultados han sido extraordinariamente felices, tanto para estudiantes como para profesores.


II. La posibilidad del aporte de la Educación Física a la no-violencia.


A mediados de los años 80’ un psicólogo americano, Ron Kurtz (18) desarrolló un método de terapia que denomino “Hakomi” o “Terapia centrada en el Cuerpo”. Ve-nía meditando el asunto hacía años y había publicado con antelación “La Revelación de la Gracia. Psicoterapia en el espíritu del Tao Te King (19). Entre sus principales aportes está el haber introducido tres principios al ámbito terapéutico: El Principio de Amplia-ción de la Consciencia, el Principio de No-Violencia y el Principio de Universo Partici-patorio. Los cuales se agrega a los ya legendarios Principios: Holístico y Organísmico.

Con la aplicación del principio de ampliación de la consciencia probó que el tra-bajo terapéutico era distinto si se hacia en un estado de consciencia ampliada en vez de en estado de consciencia ordinaria. El estado de consciencia ampliada se logra fácilmen-te, en la medida que la persona está en un estado de tranquilidad y acogida en el cual puede simultaneizar sus sentidos. Nuevamente nos encontramos aquí con una posibi-lidad de aplicación en el ámbito de la Educación Física y los deportes sin necesidad de entrar a mayores cambios paradigmáticos. Desde luego esto ha tenido antecesores en el deporte, como la aplicación de técnicas de imaginería, visualización corporal y concen-tración, especialmente en atletas de elite que practican gestos deportivos complejos y específicos, como el salto alto, el salto con garrocha y la gimnasia olímpica.

En estrecha relación con este principio, Ron Kurtz, desarrolló el de no-violencia. Hoy, vivimos en un mundo donde la agresión y la agresividad son habituales, incluso en las escuelas básicas. Existe una relación directa entre agresión y frustración. Un anti-guo proverbio hindú dice. “Un hombre feliz no tiene expectativas”. La contraparte es algo así como “Las expectativas desmedidas generan desdicha”. Japón (a pesar del bu-dismo zen) tiene la tasa más alta de suicidios en adolescentes, del mundo (20). La razón parece estar en la rigurosidad de su sistema educacional. En efecto, existen pruebas, alrededor de los 12 años, que determinan si el alumno irá a una enseñanza que deriva en la universidad o no lo logrará y pasará al mundo profesional no-universitario. Las ex-pectativas que los padres cifran en sus hijos, la presión que ponen en ellos y el senti-miento de frustración y fracaso que obtienen tantos sus padres como estos alumnos ha provocado un alza notoria en los suicidios adolescentes. La competición es, por decirlo con todas sus letras, a muerte. Es decir, la competición puede llevar a perder el sentido y la proporción de las cosas.

La competencia es sana y puede ser sana. Los deportes son en buena medida una bendición “cultural”. Aportan muchísimo más de lo que dañan al ser humano y su cre-cimiento tanto físico como espiritual. Y, al mismo tiempo, exacerbada linda con la agre-sión y la violencia, con la perdida de sentido y la búsqueda de logros sin control. Con-verso con mi gran amigo Jorge Grosser, gran atleta y recordman en su época de todas las distancias de medio fondo en Sudamérica. Dedicado desde siempre a entrenar atletas de medio fondo y fondo (uno de sus pupilos va a las Olimpiada de Beijing) me dice: “Es difícil hoy en día sacar campeones a nivel internacional, especialmente cuando nuestros atletas son “sanitos”. Y recuerda: “como nosotros que nunca nos pichicateamos pa’ competir”. Hoy el deporte mundial está gravemente asociado con las empresas farma-céuticas. El dopaje manda (21). ¿Qué significa esto? Significa presión al máximo, alu-cinación por el éxito y violencia contra sí mismo.

Los juegos han sido clasificados de muchas maneras. Una buena manera de or-denarlos es hablar de juegos de competencia (los deportes), juegos de representación (las danzas rituales), juegos de vértigo (el benji y el paracaidismo) y juegos de azar (las apuestas de casino). A su vez, estas maneras se van interrelacionando haciendo predo-minar el factor competencia; así por ejemplo, la gimnasia olímpica o artística, que en esencia es una representación de un gesto técnico excelsior, termina siendo no una muestra de destreza sino una competencia con otros para saber quién representa mejor lo que esperan los jueces. El vértigo de la velocidad en auto termina siendo una compe-tencia entre pilotos y autos. La competencia domina.

No-violencia significa no presionar, no agredir, no violentar, no dañar. Significa darle un espacio a la paz, la fluidez, la cooperación. Significa valorar el proceso y no sólo la meta. Existen deportes y actividades donde el cooperativismo es clave. En 1978 colaboré con el COCH en la preparación del equipo de escaladores chilenos que soña-ban con llegar al Everest. Allí estaba Claudio Lucero, Gastón Oyarzún y un grupo enor-memente cooperativo. Les dije, en ese taller, que con el nivel de cohesión grupal que mostraban, con toda seguridad lograrían sus propósitos. Es cierto que, para ellos, la montaña era un desafió, y a la vez la amaban. Había en esos hombres un sentido de pro-fundidad de la vida que, decían, se los había dado el encuentro con la naturaleza, la montaña y el ser humano. Años después al coronar el Everest, Claudio Lucero, simple-mente declararía. “La montaña es una fiesta” (22). Humm, si los deportes fuesen una fiesta, posiblemente no correríamos más rápido ni saltaríamos más alto, pero seríamos más hermanos.

Las danzas circulares (23), las danzas sufies (24), las danzas rituales son activi-dades físicas y meditativas que enaltecen al ser humano y a quienes las practican. ¿Por qué no enseñarlas con la misma dedicación que se enseña el voleibol? Las simples ca-minatas chamánicas y las ceremonias del temascal (25) son actividades físicas que recu-peran para el ser humano y quienes las practican salud física, psicológica y espiritual. ¿Por qué los profesores de Educación Física están al margen de ellas, profesionalmente? El Tai Chi (26), forma de meditación a través del movimiento, que practican los chinos cada mañana en las plazas y veredas de sus ciudades (es decir, millones de millones), ¿es practicada por los estudiantes de Educación Física? ¿Por qué no? ¿O talvez, si?

Las escuelas y liceos están conviviendo con la violencia (27). Desde luego el deporte es un gran antídoto a la droga. Solo que, además, sería tan bueno llevar un poco de paz a las salas y patios escolares. Llevar humanidad, amistad, sensatez, cooperación. Cooperación sin competencia es un desafío hermoso para quienes queremos un mundo mejor.

Durante 25 años he formado especialistas en Desarrollo Personal y Terapia Gru-pal, desde un modelo Humanístico y Holístico. En esta especialización han participado, entre otros, psicólogos, asistentes sociales, religiosos, enfermeras y educadores Los pro-fesores de Educación Física han probado poseer habilidades y facilidad para este des-empeño. Las razones, talvez, debamos buscarlas en: su positiva actitud corporal, su va-loración y cuidado del cuerpo y la salud, su carencia de temor o reserva al contacto cor-poral sano, su capacidad lúdica, su dominio del trabajo con grupos y su entusiasmo y alegría al parecer inherentes a su quehacer laboral. En lo personal, uno de los motivos que me hicieron aceptar ser docente de la Escuela de Educación Física de la UCV hace 40 años, fue la calidad de vida interactiva que se respiraba en sus espacios; una suerte de camaradería, compañerismo y buena onda que, creo, era y es propia del sentido de vida del estudiante, profesor y docente formador de la carrera de Pedagogía en Educa-ción Física. Viniendo yo del Instituto de Filosofía había observado, allí, un cierto pre-juicio hacia la “superficialidad” de “quienes se dedican a la gimnasia y los deportes”. Nada más alejado de la realidad. Diría que los temas propios del Existencialismo seño-reaban en nuestras conversaciones de aula y de camarines: El sentido de la vida, la valo-ración del presente, la aceptación de la realidad (a veces se pierde, a veces se gana en la competencia) estaban ahí. Y, especialmente, estaba el culto a la amistad, la camaradería, el optimismo y la alegría.


3. Del dicho al hecho.


El siguiente listado muestra algunas de las técnicas y métodos que se han des-arrollados en el ámbito de la psicoterapia cuerpomente, en los últimos 50 años y que podrían ser parte de una malla curricular que formara profesores de educación física, profesores de educación cuerpomente o simplemente profesores de educación holística.


Métodos y Técnicas.

• Selver ( Conciencia sensorial)
• Feldenkrais (Conciencia Corporal)
• Alexander (Postura Corporal)
• Focusing (Interfaz sensación-lenguaje)
• Psicocalistenia (Respiración)
• Vivation (Hiperventilación)
• Reich y Neo-reich (Liberación de anillos y corazas musculares)
• Bioenergética (Liberación de Bloqueos musculares)
• Gestalt (Integración cuerpo-mente)
• PNL ( integración cuerpo-mente)
• Meditación Osho (Integración cuerpo-espíritu)
• Meditación Zen (Integración cuerpo-espíritu)
• Meditación Castaneda ( Integración cuerpo-naturaleza)
• Schutz (integración grupal a través del cuerpo)


A través de estos métodos y técnicas es posible desarrollar las siguientes áreas:


• Área cuerpo-sensación.
• Área cuerpo-emoción
• Área cuerpo-lenguaje
• Área cuerpo-espíritu
• Área cuerpo-interacción.


Como ejemplo describamos algunas sesiones o clases de alguno estos métodos:


El método de Conciencia Sensorial Server.



Uno de los aspectos esenciales del método de Consciencia Sensorial Server es el trabajo de las llamadas cuatro dignidades: estar acostado, estar sentado, estar de pie y caminar. Veamos a continuación una sesión o clase centrada en el encuentro con la propia estatura (28).

Ponte en una posición de pie cómoda. Respira profundo. Trabaja a veces con los ojos cerrados, a veces con los ojos abiertos. De manera suave dobla el cuerpo hasta to-par el suelo con los dedos de tus manos sin doblar las rodillas o hasta donde puedas lle-gar con tus manos en dirección al suelo. Flecta las rodillas y levanta el tronco suave-mente hasta volver a la posición de pie. Respira profundo. ¿Qué estás sintiendo? ¿Ob-serva tus sensaciones corporales? No las modifiques, simplemente obsérvalas. Repite varias veces este movimiento lentamente de manera que al exhalar bajes el tronco y al inhalar subas el tronco. Haz siempre una pausa entre cada movimiento, respira profundo y observa tus sensaciones corporales.

Si lo haces de manera lenta y sensitiva podrás sentir los cambios internos cons-tantes mientras tu musculatura de piernas y tronco se mueve en relación a la atracción de la tierra. Observarás una redistribución de masas y líquidos en los espacios internos y nuevas sensaciones de peso y de extensión. A medida que la espalda se estira, los órga-nos internos y el abdomen se comprimen y la sangre fluye de manera diferente. Paulati-namente sucede que no te vas poniendo de pie sino que “descubres cómo es que te po-nes de pie”. Al final de esta parte de la sesión tendrás, si pones el acento no en el mero hacer sino en percibir lo que haces, una cabal sensación de tu espalda y vértebras, hom-bros, cuello, cabeza, abdomen, pecho, piernas y o pies, brazos y manos. Te parecerá o podrá parecer que “estar de pie” es la expresión plena y natural de tu ser. También des-cubrirás que no existe en tu “una” posición de pies, sino que tantas como veces te pones de pie.

Vuelve a tu posición de pie. Respira profundo. Trabaja a veces con los ojos ce-rrados, a veces con los ojos abiertos. Observa qué te ocurre si sucesivamente te pones de pie, centrando tu atención y percepción: en las plantas de tus pies, en la articulación de tus tobillos, en la articulación de tus rodillas, en la articulación de tu pelvis, en tu dia-fragma, en la articulación de tu cuello y en la parte superior de tu cabeza. La repetición pausada, suave, lenta y en interacción con tu respiración te irá dando una nueva sensa-ción de tu estar de pie. Paulatinamente tu cuerpo se irá rearticulando y reubicando en relación al suelo y su atracción. Posiblemente descubrirás nuevos equilibrios en tu cuer-po en relación al suelo y a sí mismo. En cada pausa pregúntate ¿qué estoy sintiendo? ¿Cuál deviene en ser mi estado de ánimo durante estos ejercicios? ¿Qué me ocurre al simplemente estar focalizado en mi cuerpo, movimientos y sensaciones?

Mueve el cuerpo a voluntad, desplázate en silencio por el salón o gimnasio, mira a tu alrededor, descansa caminando y vuelve a la postura de pie. Respira profundo. Tra-baja a veces con los ojos cerrados, a veces con los ojos abiertos. Lleva tu mano a tu pelo y levántate suavemente sin despegar los talones del suelo. Observa cuánto se liberan tus articulaciones y qué sensaciones aparecen en ti. Ubícate frente a un espejo (de preferen-cia de cuerpo entero). Respira profundo. Toma una posición de pie cómoda y observa tu mirada y observa cómo miras tu cuerpo. Luego mírate de manera cariñosa. Respira pro-fundo y observa tus sentimientos hacia ti mismo. Tu cuerpo es tu compañero de vida.

Siéntate con cuatro o cinco compañeros y comenta tu experiencia, paso a paso.

Para finalizar tu sesión dibuja tu cuerpo, o represéntalo en arcilla, o descríbelo a través de un poema que escribas, o cántalo o báilalo. O todas las anteriores.


El método de Consciencia Corporal Feldenkrais.


Vamos, ahora, a una sesión o clase de Consciencia Corporal Feldenkrais (29):

El objetivo es aprender a reconocer los mecanismos de control de los músculos voluntarios y comprobar cómo estos mecanismos cambian su estado de contracción a través del ejercicio a proponer.

“Tiéndase de espaldas. Separe cómodamente las piernas. Extienda los brazos hacia arriba, un poco separados, de manera tal que el izquierdo más o menos en línea recta con la pierna derecha y el derecho lo esté con la izquierda.

Cierre los ojos y trate de chequear las partes de su cuerpo que están en contacto con el suelo. Preste atención a la forma en que los talones yacen sobre el suelo; observe si la presión sobre ambos es igual y si el contacto con el suelo se produce exactamente en el mismo punto en los dos talones. Examine en la misma forma el contacto que hacen con el suelo los músculos de las pantorrillas, la parte posterior de las rodillas, las articu-laciones de las caderas, las costillas flotantes, las costillas superiores y los omóplatos. Fíjese en las distancias a que están los hombros, los codos y las muñecas respecto del piso.”

¿Qué está sintiendo? ¿Son ambos lados del cuerpo iguales? ¿Qué partes tocan el suelo y cuáles no? ¿En qué vértebras de la región pelviana se ejerce mayor presión? ¿Tocan el suelo todas las vértebras lumbares? ¿Sobre qué vértebras dorsales se ejerce mayor presión?

“Tiéndase otra vez y estire sus brazos y piernas como antes. Eleve ahora, de ma-nera lenta y con un movimiento infinitamente pequeño, el brazo derecho en su parte superior, moviendo sólo el hombro, hasta que el dorso de la mano deje de tocar el suelo. Deje caer el brazo hasta que se apoye nuevamente. Respire profundo a manera de pausa y vuelva a subirlo hasta que el dorso de la mano pierda contacto con el suelo. Repita esto entre 20 y 25 veces. Entre cada vez que suba y baje el brazo efectúe una pausa completa, detenga toda acción, de modo que el movimiento siguiente constituya una acción totalmente nueva y separada.

Si presta cuidadosa atención, usted advertirá que, al estirarse el brazo antes de ser elevado, el dorso de su mano se arrastra un poco sobre el suelo. Después de repetir el movimiento cierto número de veces, usted comprobará que se coordina con el ritmo respiratorio. Verificará que la elevación y el estiramiento del brazo coinciden exacta-mente con el instante en que el aire empieza a ser expulsado de los pulmones.”

“Efectúe una pausa y observe. Al cabo de los 25 movimientos, lleve lentamente los brazos a los costados del cuerpo. Asegúrese de hacerlo por etapas. Doble las rodillas y descanse un instante. Mientras descansa, observe la diferencia que existirá ahora entre el lado derecho y el izquierdo de su cuerpo.”

“Ahora dése vueltas y tiéndase sobre el estómago, con brazos y piernas separa-dos como antes. Suba lentamente su codo derecho desde el hombro hasta que se separe del suelo (ahora la mano no se levantará necesariamente) y deje que el codo baje nue-vamente. Siga alzando el codo en el mismo momento en que empieza a expeler el aire de sus pulmones. Repítalo por lo menos 20 veces. Si el movimiento es lento y gradual, como debe ser, comprobará que el codo ahora se arrastra con el brazo, es decir, se estira un poco antes de empezar a elevarse del suelo.”

“Continúe este movimiento y alce el brazo entero, con el codo y la mano, hasta sentir que para hacerlo ya no necesita esfuerzo muscular alguno de esa parte y que el único esfuerzo se efectúa en la región del hombro. Para facilitar a los hombros elevarse respecto del suelo, deberá poner en acción los músculos de la espalda. Entonces el hom-bro se levantará del piso junto con el omóplato y la porción superior derecha del tórax.”

“Tiéndase otra vez de espaldas, descanse y observe en qué distinta forma los hombros, el tórax y los brazos toman contacto ahora con el suelo a derecha e izquierda. Estire los brazos por encima de la cabeza, con las manos separadas. Estire las piernas, con los pies separados. Muy, muy lentamente, eleve la pierna y el brazo derechos. El movimiento debe ser muy pequeño, suficiente para levantar apenas el dorso de la mano y el talón respecto del suelo. Preste atención para establecer si la mano y el pie vuelven a posarse sobre el suelo exactamente al mismo tiempo. O uno después del otro. Para alcanzar mayor exactitud, eleve el brazo en el mismo instante en que deja de inhalar aire. Después, levante la pierna cuando empieza a exhalarlo. Finalmente, mueva brazo y pierna al exhalarlo. Esto mejora la coordinación entre ambas extremidades.

Ahora eleve alternativamente el brazo y la pierna. Observe si al levantar sólo la pierna, sin el brazo, las vértebras lumbares se elevan un poco respecto del suelo, y si el movimiento de esas vértebras es afectado de alguna manera cuando se alza el brazo jun-to con la pierna.

Doble la pierna hacia la derecha; es decir, haga girar la articulación de la cadera, la rodilla y el pie hacia la derecha. A continuación, muy, muy lentamente levante la pierna en esa posición y observe cómo la distinta posición de la pierna influye sobre el movimiento de las vértebras situadas a la altura de la cadera. Si las acciones son ejecu-tadas correctamente, aparecerá una sensación de alargamiento de la columna.

Descanse un momento y observe el cambio operado en el contacto de la pelvis con el suelo, así como la diferencia entre los costados izquierdo y derecho del cuerpo.

Ruede sobre sí mismo hasta yacer de estómago y estire los brazos por encima de la cabeza, muy separados. Abra las piernas y levante con lentitud, al mismo tiempo, el brazo derecho y la pierna del mismo lado. Observe la posición de su cabeza. Repita 25 veces en las tres posiciones de la cabeza: con la mejilla derecha apoyada, con la mejilla izquierda apoyada, con la frente apoyada.

Alce ahora, junto con el brazo y la pierna, la cabeza siguiendo con la mirada la mano. Repita 25 veces y luego vuélvase de espaldas. A continuación repita el movi-miento como antes, alzando a la vez brazo, pierna y cabeza. Observe la forma en que su cuerpo yace sobre el suelo. Determine con exactitud en qué punto es mayor l a presión. Repita el movimiento 25 veces y descanse.

Póngase de pie, camine y verifique las diferencias de sensación en los costados derecho e izquierdo de su cuerpo, en el peso y la longitud aparentes de los brazos y de las piernas. Examine su rostro en el espejo. Fíjese en cuál lado de su cara parece más fresco, en cuál están menos marcados los pliegues y las arrugas y cuál de los ojos está más abierto que el otro.

Repita todos los movimientos detallados en esta lección, pero esta vez sobre el lado izquierdo de su cuerpo.

Finalmente, tiéndase de espaldas y observe que zonas tienen ahora contacto con el suelo, desde los talones hasta la cabeza como lo hizo al comienzo de la lección. To-me nota de los cambios, particularmente a lo largo de la columna vertebral.”

En síntesis:

Una Educación Física Holística y No-Violenta es posible. Los métodos y técni-cas que la posibilitan existen desde hace 45 años. Los profesores y estudiantes de Edu-cación Física poseen facilidad y habilidades para aplicar estos métodos. Resulta necesa-rio, más que cambiar los paradigmas de la Educación Física, simplemente ampliarlos.


Amigos comensales; la mesa está servida, si les parece, pueden pasar a probar y degustar estos nuevos platos. Si finalmente algunos de ellos son de vuestro agrado, po-drán, en la medida que aprendan sus preparaciones, incorporarlos a vuestra mesa y me-nús. Que lo disfruten.




Referencias bibliográficas.

1. Ir a www.monografias.com/trabajos7/holis/holis.shtml
2. Ir a counselingred.com.ar/local-cgi/ToFM/nota51.htm
3. Ir a es.wikipedia.org/wiki/Tomás_de_Aquino
4. Ir a html.rincondelvago.com/dualismo.html
5. Ir a www.ideasapiens.com/psicologia/cognitiva/tercera%20fuerza_%20psic_%20humanista.htm
6. Ir a www.educafisica.com
7. Ir a www.sensoryawareness.org/
8. Ir a es.wikipedia.org/wiki/Gerda_Alexander
9. Ir a inicia.es/de/feldenkrais/
10. Ir a www.focusing.org/
11. Ir a www.alcione.cl/nuevo/index.php?object_id=370 - 31k
12. Ir a www.grupoelron.org/quienes/gurdjieff.htm
13. Ir a www.cuatrovientos.net/espiritualidad/lilah.htm
14. Ir a www.zen-deshimaru.com/ES/practice/zazen.html
15. Ir a andrader0.tripod.com/docs/facilitacion/confluente.pdf
16. Ir a www.funlibre.org/EE/XCombariza.html
17. Ir a www.cre-ser.com
18. Ir a www.hakomi.com/
19. Ir a www.antartica.cl/antartica/servlet/LibroServlet?action=fichaLibro&id_libro=57823
20. Ir a www.elmundo.es/elmundosalud/2004/08/02/neuropsiquiatria/1091441311.html
21. Ir a www.portalfitness.com/articulos/entrenamiento/Dopaje_deportivo.htm
22. Ir a www.cooperativa.cl/p4_noticias/site/artic/20060330/pags/20060330134749.html
23. Ir a www.danzascirculares.com/
24. Ir a www.eneadanza.com/
25. Ir a www.elfica.cl/temazcal.htm
26. Ir a www.taichikong.org/
27. Ir a violenciaescolar.wordpress.com/
28. Tomado de
29. Tomado de M. Fedenkrais. “Autoconciencia por el movimiento. Págs 103. 112.



Bibliografía.

1. Feldenkrais Moshe. “Autoconciencia por el Movimiento”. Es. Paidos. Buenos Aires, 1985.
2. Brooks, Charles. “Consciencia Sensorial”. ED. La liebre de marzo. Barcelona 1996.

1 comentario: