sábado, 12 de abril de 2008

Una conferencia - taller. (1989)

PERSONA, LIBERTAD Y AMOR EN EDUCACIÓN
(Una conferencia - taller)

Pato Varas


En cierta ocasión un barco llegó a puerto con sus máquinas en mal esta-do. Y era un puerto chico, no había como arreglar el barco, así es que el capitán del barco indagó por aquí, por allá y descubrió que había un japonés que arreglaba barcos y fue donde el japonés para perdirle que le arreglara el barco. El japonés se metió a su casa, salió con una maleta y se fue al barco.

El japonés ponía el oído por aquí, por allá, hasta que llegó a un lugar, abrió la maleta, sacó un martillo, pegó un fierrazo y se puso a andar la maquinaria del barco. Se fue el japonés a su casa y el capitán le mandó a pedir el costo del trabajo, el japonés dijo: ¡mil dólares!, se molestó el capitán del barco, ¿Cómo mil dólares si fue un ratito?, así que sarcásticamente le mando a pedir al japonés que le hiciera una esti-pulación detallada del cobro. El japonés anotó: por pegar un martillazo un dólar, por saber dónde pegarlo 999 dólares.

Bueno a mí como a ustedes estimados colegas, nos pagan por conversar, por hablar y en este caso por pegar el martillazo.

Podemos hacer muchas clasificaciones en la vida, yo voy a hacer una más, podemos dividir este mundo entre los que hacemos cosas y creamos cosas y los que nos critican por lo que hacemos y creamos. y nosotros los profesores estamos muchas veces en esas condiciones, hay en el mundo un grupo de gente dedicada a cri-ticarnos por lo que hacemos, mientras nosotros hacemos algo.

A nosotros los profesores o los que estamos dedicados a éste campo, a éste ámbito reitero, nos pagan por hablar y la clave está si lo que decimos es un marti-llazo que produce cambios o no, real profundo, esa es la clave, el desafío personal de cada uno de nosotros.

Hay algunas cosas básicas en el aula, nosotros somos clave central. De manera que pienso que el primer punto es la calidad nuestra, personal, nuestro esfuerzo por ser lo que somos, lo que simplemente somos, no aparentar lo que no somos, sim-plemente ser lo que somos y ser nuestra mejor posibilidad de existencia.

Siempre he contado que lo más importante que aprendí en primera pre-paratoria, fue que la profesora me amaba, eso fue lo más importante, no me importaba mucho si había que aprender a leer o escribir, quería saber que puntos calzaba la profe-sora y lo más importante que me pasó era que me amaba, realmente me amaba y no era pariente mía. Yo era libre en esa época aún.

Mi mamá decidió cambiarme porque tenía que ir a un colegio con más proyección, así es que me cambió a los Padres Franceses. Yo estaba feliz en el David Trumbull, pero ella me cambió a los Padres Franceses y llegué ahí a cuarta preparato-ria.


Un día estaba al lado de la campana y pasó otro chiquillo y dijo ¡toca la campana!, y yo toqué la campana, salió el Padre Romualdo, ¿quién tocó la campana? Yo que era libre en esa época y sabio mucho más que ahora, niño era al fin de cuenta, dije ¡Yo!, y me pegó una cachetada, me di vuelta y me fui. Me fui sin dinero, me subí a un trole, yo no sabía bien donde tenía que bajarme en Valparaíso yo vivía en un ce-rro, llegué a la oficina de mi mamá del Servicio Nacional de Salud, subí al 4º piso, entré llorando, ya me dijo, quédese aquí mi amor, de consuelo me pasó un papel y un lápiz para que hiciera dibujos, y me dijo yo voy a ir al colegio a hablar y se fue al cole-gio, llegó a la noche y me dijo ya usted puede ir al colegio, no hay problema, no mamá si yo no voy más al colegio, pero como hijo, hablamos harto tiempo al final yo transé con ella, yo voy si el cura me pide perdón.

Tres días estuve sin ir al colegio, al tercer día mi mamá me dijo ya vaya que el Padre le va a pedir perdón y llegué esa mañana iba avergonzado yo, tres días sin ir al colegio, ya me sentía mal, así que me hice la rastra y esperé que todos los cursos hubieran entrada a la sala y me fui a la oficina y entré a la oficina del cura Romualdo que era el Vicerrector del colegio me dijo siéntese Patricio y me pasó unas revistas de monito, yo no quería revistas de monito, yo quería que me pidiera perdón. Era un cura alto, flaco, huesudo, flemático, se levantó se puso de pie y me miró, yo era bien chico y me dijo Patricio quiero pedirlo perdón por haberle dado un golpe en la cara y eso no va a pasar nunca más, yo me puse a llorar ahí mismo y él también, nos abrazamos. Nun-ca me he olvidado el cura Romualdo, ni él se ha olvidado de mí, ¡creo yo!.

Esa es la vida de verdad, algunas personas desde chico la aprendemos a vivir de verdad, defendiendo aquello en que creemos, con valores claros desde chico, nadie enseña los valores. Tenía 9 años y tenía claro lo que era el valor. Así que lo que estimaba interesante y valioso era la forma en que íbamos a interaccionar, a partir de las cosas en que creíamos y valorábamos.

La mayoría de los profesores a veces estamos o están empantanados con el asunto de los programas, la verdad es que tiene mínima importancia y todos nosotros lo sabemos, ese es el primer problema del curriculum, saber seleccionar qué vamos a hacer.

El programa sea de este ministerio o de otro, de ahora o del pasado, en general no nos sirve mucho por una razón muy simple, porque los contenidos en gene-ral no nos sirven mucho. la primera clave es aceptar y comprender que en la interac-ción entre una generación y otra a través de un adulto, que es el profesor y otra genera-ción que son los niños y alumnos, nosotros estamos ahí para mostrarles a esas perso-nas, cuál es el sentido de las cosas, y cómo desarrollar el arte de convivir consigo mis-mo, con las demás personas, con las cosas, con las ideas, con los seres, con el universo, con Dios y con la muerte.

Creer que es posible hacer esto mediante la transferencia de contenido es falso, así que la clave no está en el contenido, por lo tanto tampoco está en los pro-gramas. Las personas que siguen pensando en el contenido están en un error, son al-gunos contenidos, el problema es cuáles.

El profesor de éxito sabe seleccionar los contenidos fundamentales, con los cuales realmente el alumno se va a enamorar de su quehacer, lo primero es amar lo que se hace y amar con quién se hace es una primera clave, entonces saber que el uni-verso no se transfiere por la vía de la parcelación asignada de contenidos, sino por algunas claves, directrices que nos permiten captar el Eidos, el sentido total, la Gestalt, la totalidad, la configuración del universo desde un determinado enfoque.

Eso significa también tener claro qué aspectos de lo que va a ser cono-cido ha de ser conocido y cómo y eso significa seleccionar además los objetivos; se podrían hacer todos los programas con dos o tres objetivos y dos o tres contenidos y en realidad yo creo que en el futuro van a haber cuatro a cinco asignaturas no más, cien-cia, arte, lenguaje, movimiento.

Pero estamos en una cultura que es la cultura escolar, donde nosotros somos profesionales dentro de esa cultura y nos resistimos nosotros mismos, como nos hemos resistido, a salir del campo de las asignaturas y, entrar al campo de la educación o del conocimiento en sí o del sentido del conocimiento, porque se requiere saber más, conocer más en profundidad para poder ser más selectivo, no es por la vida de la eru-dición que nos volvemos sabios, sino por la vía de la simplificación de todo lo que conocemos.

Supongamos que tenemos un alumno nada más y que ese alumno va a vivir en diez años más en una galaxia extraña que no tenemos idea en qué consiste. ¿Qué podemos enseñarle? ¿Qúe de verdad necesitará saber? Lo primero es que ese ser tiene instalada ciertas capacidades perceptivas que se traducen en la visión, el olfato, el oído, el gusto, el tacto, la propia perceptividad interior del cuerpo, es decir, hay una capacidad instalada en cada sujeto que puede ser desarrollada y ya que estamos doce o catorce años en un lugar llamado escuela podríamos dedicar un buen tiempo a que esa persona desarrollará eso, su propio aparato instalado, podría haber una cátedra de per-cepciones entonces, ya que a algunas personas les gustas las asignaturas. Desarrollar la capacidad perceptiva en el ser humano, es hoy día mucho más importante que ense-ñar un contenido.

Yo quiero decir aquí, responsablemente que la cuestión de los medios materiales es un mito, para la educación no se necesita nada, solamente dos personas porque cada persona es objeto legítimo de aprendizaje, pero tengo que descubrir que la educación no consiste en esto que estoy haciendo ahora, que uno habla y que los demás escuchan.

La educación consiste fundamentalmente en la realización de una expe-riencia significativa sobre la cual se puede volver a reflexionar y se convierte en algo integrado a la persona, a un grupo y entonces la clave está en experienciar no en in-formar, a veces hay que informar, pero la información siempre es una síntesis, las ex-periencias cubren mucho tiempo, aquí hay un problema ético, es decir, una cuestión de valor y eso significa hasta que punto el educador es una persona que en sí constituye un ser existente valórico, que con eso educa lo que es la existencia valórica. Y los va-lores los convivimos, la escuela nunca se ha preocupado de la amistad, ni del amor. Primero que nada la escuela puede dedicarse al desarrollo de la percepción, existen tecnologías desarrolladas, hoy en día están a la venta en las librerías de Concepción. Y la percepción es la base del proceso de desarrollo del ser humano, es la base nada más que eso, la base.

En segundo término, el cuerpo humano y el ser humano tiene potencia-lidades que podríamos decir que están en la respiración, en el movimiento, en la per-cepción, en la sensación, en los sentimientos, en las emociones, en los pensamientos, en la meditación, en el silencio, en el diálogo, por nombrar algunas, en la alimentación, en la salud y no basta con pensar del cuello hacia arriba y tener un discurso intelectual, es necesario interiorizarnos de esto hasta las células.

Pero nosotros pertenecemos a una cultura que es del cuello hacia arriba verbalista, oral, cerebral, visual, clasificadora, mental donde el cuerpo es de segundo plano. Ponga su mano en el abdomen ¡ahora!, no tenga miedo, ponga su mano en el abdomen, ahora perciba su respiración. ¡No cambie su respiración!, simplemente per-ciba como es, ahora chequéese internamente. Usted, cuando toma aire o inspira que pasa con su estómago, está quieto, se mueve, se mueve en sentido de expansión o usted lo contrae. Lo tiene claro en su mente y en su cuerpo, si, la respiración sana incluye que cuando yo tomo aire expando el estómago, así que si su estómago está quieto o usted lo contrae al respirar, usted ni siquiera sabe respirar, ¿cómo va a saber pensar?

La gente que cree que puede pensar bien y respirar mal tiene una incon-gruencia interna, cómo vamos a educar entonces, qué educamos, educamos la incon-gruencia.

Estire su mano y póngala en el hombro de la persona que está delante, ahora respire con tranquilidad y tome contacto con esa persona, perciba que pasa, se mueve el otro o no se mueve, si se mueve quiere decir que esa persona usa su capaci-dad clavicular de respiración. Hay mucho que podemos aprender de nosotros mismos, sobre nuestro propio cuerpo, no los dibujitos que hacen en biología ¡no!, la percepción de nuestro propio cuerpo.

Quiero que imagine cuál es la distancia que hay en la comisura de sus labios, usted sabe cuál son las comisuras de sus labios, ésta es una y ésta es otra, ima-gine cuál es la distancia que hay, cierre los ojos y marque la distancia y ahora verifique ¡le achunta!, tiene representación kinésico-mental de su propia longitud de aquí acá, o no la tiene. Es un ejemplo simple de conciencia sensorial, puede imaginar la distancia que hay dentro suyo, de su hombro izquierdo a su hombro derecho ¡la puede imaginar!, ahora no haga nada, tiene la certeza de que conoce exactamente esa distancia o no.

Ve que hay mucho que aprender de sí mismo, esto que estoy haciendo es un método dentro del desarrollo personal de la psicología contemporánea, se llama ejercicios Feldenkrais desarrollado por Moshe Feldenkrais, profesor durante muchos años en el Instituto de Esalen de California. Por supuesto que estas cosas no ocurren en la sala de clases.

Una de las claves por las cuales las personas perdemos la creatividad es por los bloqueos emocionales. Hoy en día existen tecnologías para el desarrollo perso-nal y para el desbloqueo emocional, porque el desbloqueo emocional significa recupe-rar la capacidad de llorar, y de gritar, de golpear si es necesario, y al mismo tiempo la capacidad de mirar con amor, de acariciar y de expresar lo que realmente se siente por una persona, no solamente con las palabras, sino que con la mirada, con los gestos, con el cuerpo. Y ya que la escuela tiene 12 años cautivo al ser humano, pudiera dedicar tiempo a esto.

Que siente usted en este momento emocionalmente, chequéelo, siente aburrimiento, siente curiosidad, siente expectativa, siente miedo, siente rabia, ¿qué siente realmente?, ¿lo puede chequear?, ¿lo siente o lo está pensando? Si usted lo sien-te, entonces tiene que saber ubicarlo en su cuerpo, si usted dice que en este momento siente rabia tiene que sentir en alguna parte sensorialmente la rabia en el cuerpo, o si siente aburrimiento tiene que sentir sensorialmente el aburrimiento en alguna parte del cuerpo, si no quiere decir, que meramente lo está pensando. ¿Tiene desarrollada la capacidad de sentir realmente?, ¿lo puede expresar?, es realmente capaz de decirle a su vecino lo que estaba sintiendo, es cierto o ahora, no se lo va a decir, o lo va a cambiar sobre la marcha, ahora dígaselo al vecino. ¡Ven están todos trancados!, ¡dígaselo pues!.

Si tú no te conviertes en un actuante de tú existencia no hay ningún maestro que lo haga, pero hemos sido vacunados para escuchar y después para hablar a otros que nos escuchan, pero no para interaccionar. Ese es un gran campo en el desa-rrollo de la interacción educacional, que lo ha tomado el Desarrollo Personal porque la escuela no la ha querido tomar.

Cuarto punto: ¿Tú sabes cuál es tu estado actual en la vida? ¡realmen-te!, ¿lo puedes expresar en tres frases?, es decir, ¿están claras las metas propias a me-diano o largo plazo, instaladas sobre fundamentos valóricos? y ¿puede ser comparada con la vida actual de cada uno?, ¿o eso no es algo que está en mi mente, yo no más vivo?

Yo no quiero ser capitán Araya, una clave para mí es la honestidad, es difícil ser honesto, no es fácil, consigo mismo y con los otros, es muy difícil, no es fácil, pero es hermoso.

La primera valla por la cual no somos honestos es el miedo, pero una vez que somos honestos disfrutamos la honestidad y la honestidad no consiste en criti-car a la gente. La honestidad consiste simplemente en decir lo que me pasa, lo que pienso, y lo que siento, o lo que anhelo, o lo que he vivido y lo que pienso de otra per-sona, nada más, eso es todo, pero somos sumamente selectivos, primero en términos de honestidad y en segundo término, terminamos diciendo lo que es conveniente, ya lo ha dicho nuestro amigo Víctor Frankl, en la vida o se tiene una vida con sentido, o se tie-ne una vida para el placer, a falta del sentido, y una de las formas de perder el sentido a la vida, es hacer las cosas por conveniencia.

Yo soy un hombre separado, ése es mi estado actual. Yo soy hace 5 años separado, pero no es la primera vez que me separo, es la segunda, lo más importante siempre en mi vida ha sido y fue la relación de pareja, en mis dos matrimonios terminó la relación de pareja, la terminamos, eso no me gusta de mi vida, no he sido feliz con eso. La primera vez yo era joven y mi esposa era más joven. Y finalmente ella me dijo muchos años después, que no estaba enamorada cuando se casó, y por eso se sepa-ró, a muy pocos meses de habernos casado, y tuvimos una hija que hoy tiene 17 años y valió la pena por la existencia de la Sole.

Y la segunda vez yo estaba enamorado y mi esposa también y nos ca-samos, estuvimos 6 años casados, y con el transcurrir de los años, ambos nos fuimos distanciando, enfriando, hasta que en los dos últimos años pudimos decirnos mutua-mente que no nos amábamos, que ya no era cierto que nos amábamos, he hicimos har-tos esfuerzos por mantener en nuestra familia, en nombre de los hijos. Tenemos 3 hi-jos, pero finalmente nos dimos cuenta de que nos estábamos privando de existir o de coexistir con otra persona amada como pareja y que en realidad no era ese un ejemplo digno para nuestros hijos de amor. Y muchas veces nos decíamos, pero para que va-mos a terminar si nos llevamos tan bien, porque no peleamos, ni discutíamos, de una manera sui generi decidimos separarnos como pareja, y no como padres y eso lo hemos cumplido pero hasta ahí por no más y eso es algo que en mi estado actual yo quiero cambiar, yo quiero ser más padre de mis hijos, porque soy un padre lejano.

Y soy muy amigo de Carolina mi ex-señora, me llevo mejor con ella como amigo que como esposo, porque como amigo podemos amarnos, es fácil, pero como pareja no, no nos amábamos finalmente. Pero no por eso digo que no hay que casarse o que no hay que constituir pareja. Yo tengo pareja actualmente y yo la amo y ella me ama y a veces nos llevamos bien y a veces nos llevamos mal, yo tengo dos indicadores claros por los cuales sé que la amo: uno es que siento en mi pecho perma-nentemente una sensación que no la siento cuando no estoy enamorado. Eso única-mente aparece en mí cuando estoy enamorado aquí, en mi pecho, y la segunda es que me vuelvo monogámico.

Yo sé que es divertido porque como que no está con la cultura actual, pero es verdad, cuando estoy enamorado o amo, soy absolutamente fiel. Ese es mi estado actual. No voy a referirme a la parte profesional, porque debe ser muy fácil hablar como estado actual, estoy hablando de algo que es íntimo y que me cuesta ser honesto delante de ustedes, no es fácil, pero se los digo porque sé que al decirlo es hermoso aunque difícil, ¡eso es lo que yo llamo ser honesto!, habría sido hermoso tener un profesor así en mi clase cuando era alumno, y tengo el anhelo de casarme con mi pareja, no estoy convencido que ese sea su anhelo y me duele.

¿Usted cree que hay otro tema que humanice más al ser humano que el amor? Yo discrepo con todo respeto de las afirmaciones que el ser humano se distin-gue por su racionalidad. El ser humano, en mi opinión, se distingue por su capacidad de amar, eso es lo que lo acerca a lo divino.

Tercero. Hay un campo, que es el campo de la clarificación de los pro-pios valores de las metas que puede ser desarrollado por nosotros profesionales de la educación, pero que pasa por cosas como ser honesto, ser espontáneo, ser amigo de la naturalidad, poseer integración cuerpo-mente, ser auténtico, tener conciencia de sí mismo y del mundo, asumir esta conciencia responsablemente, después de eso y sola-mente después de eso algo ocurre en nuestro interior que se llama Libertad.

A mí, personalmente, todo el mundo me puede cambiar la vida, muchos aspectos del entorno pueden cambiar los acontecimientos de mi existencia, pero nadie, absolutamente nadie puede cambiar mi actitud con que yo enfrento mis acontecimien-tos, eso es lo que se llama Libertad Interior y yo estoy consciente gracias a Dios o gra-cias a mí, eso no lo cambia nadie, eso es lo que yo llamo personalmente la actitud edu-cadora, poseer esa libertad interior.

¡Para qué es el asunto de la educación!, en mi opinión para amar, nada más, para dar, para entregarse sin otro propósito, entonces yo creo que en la interac-ción de aquellos que hacemos algo en la vida por otros, profesionales en la relación de ayuda básicamente, la clave somos nosotros mismos, somos el instrumento. El primer perfeccionamiento, es el perfeccionamiento personal, después de eso, la interacción con los demás se vuelve distinta, la volvemos distinta y eso es lo que crea los ambien-tes gratos, nutritivos, en donde vale la pena estar y conversar y existir y a partir de eso algunos hombres generan empresas, obras, conocimientos, poder, en fin, infinitas co-sas. Esto es el fundamento.

Hay un cambio que cada ser humano recorre, puede ser mostrado de muchas maneras, pero nadie puede caminarlo por otro, cada uno llevamos nuestras propias huellas, podemos ir acompañado, es bonito, y hermoso ir acompañado, pero no podemos ir dejando las huellas del otro.

El sentido no es algo que yo pueda darle a otro, cada uno le encuentra el sentido a su vida y el educador no le da el sentido a la vida del alumno, solamente crea una instancia en la cual el alumno puede encontrar su propio sentido, entonces hay cosas que hacer y hay cosas que dejar de hacer, hay cosas que tu y yo sabemos que no tienen sentido seguir haciéndolas, aunque estén en el programa.

¿Qué nos limita? Voy a recurrir a un antropólogo, a Carlos Castaneda. Voy a relatar como él recibe la enseñanza de don Juan, un indio Yaqui o un hombre de conocimiento.

El primer problema es el miedo, ese es el principal enemigo que noso-tros tenemos. De distintas naturalezas, no es necesario especificarlo, cada uno tenemos miedos distintos, pero tenemos nuestros miedos, los miedos son nuestros impedimen-tos primeros y primarios, por los cuales no desarrollamos una calidad de vida o de in-teracción, que a nosotros mismos nos enriquezca y que enriquezca a los demás.

En algún momento de nuestra vida algunos de nosotros, no todos, ven-cemos el miedo, es decir, aceptamos ser responsables, es decir, aceptamos la conse-cuencia de los actos que emitimos, de las palabras que decimos, de los sentimientos que expresamos, de los pensamientos que tenemos, ayuda mucho saber algo de budis-mo, conocer el cuento chino acerca de si será para peor o mejor. Eso se los voy a con-tar al final.

Una vez que hemos vencido el miedo aparece la claridad, pero la clari-dad es un segundo enemigo peor que el miedo, porque la claridad es siempre claridad del pasado.

Aferrados a lo que tenemos claro; nuestras doctrinas, nuestras creencias, nuestros principios, nuestros paradigmas, nuestras acciones, nuestras leyes, nuestros conocimientos quedamos anquilosos porque nosotros no existimos solos, sino en inter-acción con el universo y este sigue su marcha y nosotros quedamos anclados a una representación mental de lo que el universo fue y para salir de eso es necesario dejar de pensar, parar la mente y estar permanentemente percibiendo el aquí y ahora.

¿Cómo se vence la claridad?, aceptando volver otra vez al caos, volver a la incertidumbre, aceptar a la incertidumbre como un valor, lo incierto o lo dudado como un valor, como un estado (temporal), cuando hacemos eso, entonces adquirimos un gran aliado que es el poder, tener poder es la capacidad de influenciar a los demás; porque hemos perdido el miedo y porque la claridad la podemos, dejar y tomar, esta-mos actualizados en nuestra profesión y en nuestra relación con el entorno de las per-sonas.

Pero el poder, no lo sabremos nosotros, es un enemigo peor que la clari-dad y el miedo, porque genera vanidad y hacemos algo que es muy grave, pensamos por los demás y decidimos por los demás, que es una pérdida de la democracia, o de la libertad; decidir lo que es bueno para otros y hacerlo y decidir que se haga así, e impe-dir que el otro desarrolle su propia existencia.

La mayoría de nosotros los educadores estamos en ese punto, tenemos capacidad de influencia o sea poseemos cierta claridad, a veces la perdemos, hemos perdido el miedo en cierto campo de la pedagogía, pero el poder como capacidad de influencia nos amarra. De manera que el hombre realmente crece y se desarrolla como un sabio, o como un hombre de conocimientos, como un hombre de amor, cuando abandona esto, (o como dirían los Hindués cuando abandona el ego), lo que significa en mi opinión, generar ambiente y oportunidad para que las personas desarrollen ellos sus proyectos de existencia a partir de sí mismo y no a partir de mi mismo.

La capacidad de hacer proposiciones en vez de dar órdenes o rogar, que son las dos formas: el ruego y el mandato, mediante los cuales abusamos o manipula-mos la interacción humana. Simplemente la capacidad de proponer, que significa aceptar que nos digan no. A veces nos dirán, si y a veces nos dirán no. Como capaci-dad libre de interacción entre nosotros, eso no ocurre en las escuelas, no es posible decir no.

Dice Castaneda que cuando un hombre es capaz de abandonar el poder y estar al servicio de los demás, entonces le queda un solo enemigo, que es la vejez, es decir, aceptar la muerte y ese es un enemigo invencible, pero la muerte no es un hecho futuro, la muerte es un hecho presente, cada uno de nosotros tiene la muerte parada sobre el hombro izquierdo ahora y la muerte consiste en cuan capaz fui yo de vivir de la mejor manera posible mi propia vida hoy.

Entonces en mi opinión, el desafío de nosotros los educadores, sigue siendo un asunto personal, donde el asunto de las signaturas no me parece realmente esencial. Lo esencial es que las personas que realmente generamos una interacción en la vida de mejor calidad, estamos en condiciones de cualquier elemento, convertirlo en un elemento de buena interacción en la vida, un programa, un contenido, una experien-cia, una conversación, etc.

Quiero decir, entonces para terminar, que a pesar de todo no está la cuestión regulada por el éxito, por el logro, sino por la acción misma en su capacidad enriquecedora o por el proceso mismo, la interacción misma, porque nosotros somos seres frágiles en la existencia del universo, y podemos ser volados de una plumada de la vida, por mucho que creamos que somos invencibles y que somos inmortales.

La vida tiene cualquier cantidad de interacciones que no están en nues-tro poder manejarlas y que nos hace a nosotros ser un elemento perdido más en un uni-verso, de manera que no podemos dar garantía de éxito, lo único que podemos garanti-zar es nuestra intencionalidad interior, fundada en aquellos que creíamos.

Fue un campesino donde un sabio chino y le dijo: ¡Maestro se me perdió el caballo! El Maestro dijo ¡se te perdió el caballo, quién sabe si eso será para bien o para mal!

A los quince días volvió el campesino donde el Maestro y le dice: Maes-tro, bueno por algo usted es Maestro, volvió el caballo acompañadito, así que ahora tengo un caballo y una yegua. El Maestro le dijo: así que el caballo volvió acompaña-do de una yegua y quién sabe si eso será para bien o para mal.

Al mes volvió: Maestro, sabe salí a caminar, a pasear con mi hijo de ca-torce años, usamos los dos caballos, ya que teníamos dos caballos, se cayó mi hijo y se quebró una pierna. Así que tu hijo se cayó del caballo y se quebró una pierna, quién sabe si eso será para bien o para mal.

A la semana volvió. Maestro antes que nada yo le rindo pleitesía. Us-ted es sabio, yo me avergüenzo de haber pensado mal de usted, vinieron de la cons-cripción porque estamos en guerra, como mi hijo está con la pierna mala no se lo lleva-ron, ¡qué bendición! Dijo el sabio ¡Así es que no se llevaron a tu hijo a la guerra!, quién sabe si eso será para bien o para mal. “Cuento Chino nunca acabar”. Muchas gracias.

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