sábado, 12 de abril de 2008

ROGERS, EL JARDINERO DE LA CONFIANZA. (1986)

ROGERS, EL JARDINERO DE LA CONFIANZA

Pato Varas


Carls Rogers -principal sustentador e impulsor de la psicología huma-nística y el crecimiento personal- ha sido definido por algunos como rara avis*. Nació el 8 de enero de 1902 en Oak Park (EE.UU.); entre 1944 y 1945 fue presidente de la Asociación Americana de Psicología Aplicada. En 1951 se tituló de doctor en Psico-logía. Creó en 1964, su propio Centro de Crecimiento Personal, el Instituto de la Jolla, en California. Ha escrito numerosos libros y artículos entre los que se destacan los siguientes, editados en español: “Psicología centrada en el cliente”, “El proceso de convertirse en persona”, “Grupos de encuentro”, “Psicoterapia y relaciones humanas”, “Persona a persona”, “El matrimonio y sus alternativas”, “Libertad y creatividad en el aprendizaje”, “La persona como centro” y “El poder de la persona”. ¡Para qué dudarlo, a Rogers le interesa la persona!


Rogers y la terapia

La creencia básica y esencial de Rogers es que el ser humano en su esencia es un organismo en quien se puede confiar. ¿Por qué no confiar en las perso-nas? Con esta premisa desarrollada por casi cincuenta años a través de sus acciones y libros, el creador de la terapia no directiva ha influido en psicología y educación más de lo que él mismo nunca imaginó.

El primer impacto lo produjo en 1957 al publicar su artículo “Condicio-nes necesarias y suficientes del cambio terapéutico de personalidad”(1). En este clásico de la literatura humanística y especializada, Rogers señala que para la producción tera-péutica de ciertas modificaciones de la personalidad y el comportamiento es preciso:

1. Dos personas en contacto.
2. Una de ellas en estado de desacuerdo, vulnerabilidad o ansiedad (el cliente).
3. La otra en estado de acuerdo interno, al menos durante el encuentro y en rela-ción al objeto del encuentro (el terapeuta).
4. La experimentación de sentimientos conceptuada como positiva incondicional del terapeuta con respecto al cliente.
5. Una comprensión empática* por parte del terapeuta, del punto de referencia interno del cliente.
6. La percepción del cliente de este sentimiento y de la comprensión empática que el terapeuta le testimonia.


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• Nota del Editor. Persona o cosa conceptuada como singular excepción de una regla cualquiera.
* Empatía: aprehensión directa del otro
(1) Tomado de Journal of Consulting Psychology. Vol. 33, 1, Febrero, 1957.

De este modo Carl Rogers encaraba una dura polémica, especialmente con B. Skinner, para demostrar que el ser humano tiende sustantivamente a su auto-rrealización y que la plenitud humana no es un movimiento gobernado y estimulado desde afuera, sino una propiedad del organismo. Esta actividad y la búsqueda hacia la congruencia pueden ser facilitadas si un cúmulo de confianza y respaldo es depositado en ese ser.


Rogers y la educación

En diferentes artículos y libros C. Rogers ha llevado sus ideas al aula. El mismo las ha vivido como profesor. En su artículo “¿Puede abarcar el aprendizaje ideas y sentimientos?”(2), sostiene que la más elemental de las actitudes de un profesor o facilitador es la autenticidad. Esto significa lograr un encuentro directo y personal con el que aprende. Significa ser uno mismo frente al alumno, sin máscara. Destaca, además, la necesidad de aceptar al que aprende como una persona digna de respeto, lo cual exige confiar en el aprendizaje como un valor del ser humano en desarrollo. En-fatiza la necesaria creación de un clima para el aprendizaje basado en la comprensión empática; una actitud que reclame al profesor ponerse en el lugar del alumno, para así comprenderlo. Rogers puntualiza que es menester que el alumno perciba tales actitu-des en el profesor. Dice “los estudiantes son más desconfiados que los clientes... que un profesor lo estime (al alumno), sin juzgarlo antes, le despierta una profunda descon-fianza. Que un profesor comprenda su mundo privado, de manera cálida y real, le pa-rece algo tan increíble que tiene la certeza de haber oído mal”(3).

Su propia síntesis

En agosto de 1973, en ocasión de recibir Rogers el Distinguised Profes-sional Contribution Award, resumió sus 46 años de vida profesional en los siguientes términos:

“Estoy sorprendido del impacto de nuestro trabajo. Comprendo que la época era propicia. Veo con simpatía y diversión la ambivalencia que he creado en la psicología. Me satisface el final de la guerra con psiquiatría; también el papel desem-peñado en la polémica, aún existente, entre la filosofía del comportamiento y la filoso-fía humanística. Me siento aturdido y humillado ante la desconsideración de que fui objeto, que estimo como prueba de mi rigor científico. Estoy asombrado del rumbo seguido por algunas lumbreras que encontré. Agradezco la bendición de haber apren-dido cosas vitales con las personas cuyo desarrollo y crecimiento procuré facilitar. Confío en los jóvenes, de quienes siempre he aprendido. Disfruto de la sinceridad en la comunicación, con todas las consecuencias que este deseo lleva consigo(4).

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(2 C. Rogers y R. Rosemberg. La persona como centro. Barcelona, Herder, 1981,
pág. 167
(3) Opus cit. págs. 168-169.
(4) Tomado de American Psychologist, 1974, febrero, vl. 29 (2) págs. 115, 123.

Cada mañana a Rogers le agrada cuidar sus plantas y flores. Su jardín le plantea la misma interrogante que le ha perseguido siempre acerca de cuáles son los requisitos favorables al crecimiento: “Cuando obtengo las condiciones que dan por resultado una flor rara y hermosa, experimento la misma satisfacción que he sentido al facilitar el crecimiento de una persona o de un grupo de personas”(5).

1 comentario:

  1. Cordiales saludos: Mi nombre es Carlos González. He sido profesor de matemáticas y física en la enseñanza secundaria durante 24 cursos. Finalmente, al verme limitado en mi deseo de practicar una enseñanza basada en los nuevos paradigmas, decidí dejar el camino de la enseñanza oficial e iniciar uno nuevo, alternativo al sistema imperante.
    Durante años, he podido comprobar como mis alumnos adolescentes enterraban sus sueños hasta hacerlos invisibles. Su entorno les enseñaba que la “seguridad” era lo primero: estábamos creando víctimas. La rabia que sentía ante tal panorama la he trasmutado en creatividad, escribiendo un libro que narra cómo empoderar a los adolescentes:
    “Un maestro decide crear un ambiente mágico en su clase para empoderar a sus alumnos. Les ayuda a descubrir los enormes potenciales que habitan en su interior. Les revela un mundo más allá de la mente programada y de las creencias. Para llevar a cabo su proyecto el profesor emplea curiosos trucos...
    Los alumnos van resolviendo los enigmas, que el maestro propone de una forma singular. La clase es una creación de todos. El aprender se transforma en una aventura.
    Poco a poco, cada alumno se convierte en su propio maestro, en una fuente de conocimiento para él y sus compañeros. La vida se torna mágica: pueden vivirla desde su corazón, sin que las creencias les limiten “
    Su título es: “Veintitrés maestros, de corazón – un salto cuántico en la enseñanza-“. En él se plantea un modelo educativo que se basa en descubrir la fuerza interior.
    Hoy puede ser ciencia ficción...tal vez una semilla, pero si la nutrimos puede generar una forma totalmente nueva de enseñar, en la que el ser humano deja de sentirse víctima, para sentirse el creador de su propia vida.
    Creo que su sensibilidad va en la misma dirección que la mía. Por eso, me atrevo a enviale* mi libro en versión digital. He decidido regalarlo persona a persona o institución a institución. Necesita volar...hacia lugares en los que pueda ser bien acogido. Si lo lee le agradecería cualquier comentario. Todos los amantes de la lectura sabemos que bastan cinco minutos con un libro para saber si es de nuestro interés, sólo le pido ese tiempo. Siéntase libre de enviarlo a las personas o asociaciones a las que este libro pueda ayudar. Gracias por su presencia. Le deseo felices creaciones…
    Carlos González
    P.D Mi blog es: www.ladanzadelavida12.blogspot.com
    * El libro se puede descargar en mi blog

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